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Ozaeta | 2011 |
Fechas emotivas, días de encuentro, de buenos deseos. El ambiente de la calle huele a Navidad. Sí, un año más celebramos la Navidad. Cada vez hay más gente que no le gustan estas fechas. La verdad es que yo lo supe cuando empecé, hace ya muchos años, a ejercer profesionalmente. Lo que nunca pude imaginar es que alguien tuviera miedo a las fechas y se sintiera tan obligado a celebrarlo que solicitara terapia la mañana de la Nochebuena -para aguantar la noche-, decía. Al profundizar en las vidas y sus sufrimientos comprendes la situación. Te duele mucho. Pero lo entiendes.
Por eso quiero felicitar de todo corazón a esas personas que me abren su alma cada día y ante las cuales me quito el sombrero. Cierto que estas fechas son emotivas y mueven mucho y cuando el alma está herida no puede - o cree no poder - con el ambiente navideño. Pero poco a poco vamos comprendiendo que la vida está hecha así: de luces y sombras. No podemos huir ni evadirnos de la realidad. Lo que sí podemos es encontrar sentido a todo lo que nos acontece y construirnos más fuertemente desde lo menos bueno.
Porque me muevo entre el dolor y el sufrimiento, creo más en la felicidad y en la dicha. Y vuelvo a repetir lo dicho en anteriores escritos: no nos inventamos un deseo de vida como un quimera ilusa en la que creer, ...no!. Es la verdad de la vida la que me muestra la realidad. Hay algo que está más allá del sufrimiento y que pertenece a nuestra condición humana: la vida que desea ser vivida. Y - sí, amigos - eso es Navidad.
Tengo que decir que a mi la Navidad me gusta y aunque no siempre tengo el tiempo necesario intento vivirla con gusto y consciencia. Me gusta vivirla serena, tranquila, sin prisa. Pero estos dos últimos años han recobrado un sentido mayor porque tengo una hija, la mayor, en la otra parte del mundo y, ...como el anuncio de la Navidad, vuelve a casa. Es maravilloso ese reencuentro en el aeropuerto. Para ella también la Navidad ha recobrado mayor sentido porque, como suele ocurrir fuera de tu hogar y ciudad, se ven las cosas diferentes y se valoran mucho más.
Mi hija mayor es muy valiente. Es joven para la apuesta que ha hecho y aunque tiene todo nuestro apoyo es ella la que está dando frente y muy duramente. Es una muchacha excelente. Toda una personita preciosa. Gracias hija por ser como eres y por toda la felicidad que nos das. Mi hija es soprano y estas Navidades tendré el priviligeo de oir en directo un Noche de Paz precioso. Así que Feliz Navidad a mi querida familia: Basi, Noe, Mei, Panchi, Enrique.
Pero no puedo dejar de felicitar a mis alumnos de la facultad: sois una clase estupenda. Disfruto con vosotros. Sois inteligentes, responsables, con gran motivación etc... Os felicito a todos con gran alegria y felicidad. Nuestras clases se deberían colgar en internet - ja,ja,ja - para que el mundo viera lo maravillosos que sois. Y que vieran cómo se aprende y se entra en éxtasis. Os agradezco lo fácil que me lo hacéis. Cómo escucháis, cómo intervenís. Cuando os hago pensar y respondéis brillantemente y me levanto y os planto un beso. O cuando, sin interrumpir la clase, ponéis sigilosamente el café y no se interrumpe. O cuando llega la hora de acabar y nadie tiene prisa por irse. La gran motivación que ponéis en los trabajos personales. Los grandes silencios cuando digo hago que os llega. Sí, sois una clase excelente y sólo puedo deciros gracias y Feliz Navidad: Rafael, José Ramón, Juan Carlos, Juan Carlos (galleguiño), Mertxe, Susana, Ajaz, Hector, Thimoty, Abdul y Fany.
No me olvido de ti, mi querido Dioni. Me hizo tanta ilusión que me encontraras en la red que muy pero que muy a menudo me acuerdo de ti. Todo lo mejor para ti y los tuyos Dioni y por supuesto un beso grande.
Y al mundo entero deciros que todo lo que necesitamos está dentro de uno mismo. Cierto que hay muchas cosas que no dependen de nosotros pero lo que necesitamos está dentro de uno mismo y sólo tenemos que poner manos a la obra. No nos quedemos anclados mirando lo que perdimos, lo que nos hicieron, lo que desearía, lo poco que tenemos, lo que nos robaron, lo mal que hice, la injusticia que me hicieron, el desamor que padecí, la mentira en la que me envolvieron, ... Fuera de todo eso. Tomemos lo que tenemos y somos y empezemos a construir sin mirar atrás y sin regodearnos en la lamentación y el victimismo.
Y, amigos, si además creéis en Dios, ya es la leche. Lo que se vive y se recibe desde la bien fundamentada y vivida es simplemente misterio, no se puede explicar, la palabra se queda corta. Y, estando en Navidad: te invito a creer.
Felicidad Navidad al mundo entero.