jueves, 18 de abril de 2019

El mundo llora la tragedia de Notre Dame

#NotreDame
No damos crédito a la noticia: "Notre Dame está ardiendo".

Llorábamos frente al televisor. Los que hemos pasado por la catedral sabemos la belleza emblemática que encerraba, así como su valor histórico, cultural, artístico y económico.

Visitar Notre Dame era sintonizar con las mismas vivencias y sentimientos que indujeron a esos hombres que no sabían leer ni escribir a dejar constancia de los grandes misterios. Es por lo que el mundo reacciona y llora y colabora para su reconstrucción. Apenas transcurrió, empezaron los donativos millonarios. Louis Vuitton, empresarios ricos franceses, donativos de gente sencilla. En poco tiempo, si no recuerdo mal, se anunciaba una cantidad de unos 800.000 euros. Perfecto, y acaba de comenzar. Se desea levantar de nuevo y pronto Notre Dame.

Me hubiera gustado oír que las mismas cantidades se han donado para acabar con el dolor y el sufrimiento del mundo, sufrimiento injusto, víctimas inocentes. Desde que tengo uso de razón estoy oyendo la necesidad de acabar con el hambre del mundo. Cada vez hay más ONG que trabajan y trabajan pero el problema sigue y cada vez más.

Me gustaría que el mundo se pusiera en pie y clamara por acabar con este sufrimiento. Pero no, el mundo se ha adaptado a verlo diariamente y parece que reaccionamos muy poco y mal. Me pregunto si no nos hemos acostumbrado a ello. A lo mejor (o a lo peor) es que no interesa acabar con ello. Me decanto por esta idea. No interesa porque se necesita pobreza para justificar la riqueza.

Lo siento mucho, pero no puedo justificar semejante atrocidad. Siento y lamento la pérdida de Notre Dame pero mucho más siento el sufrimiento injusto del mundo, muertes diarias por hambre, por enfermedades no tratadas, por búsqueda de una vida justa y mejor.

Si hay dinero para reconstruir Notre Dame tiene que haberlo para dar justicia al pobre. Y, si me apuran y tengo que elegir, elijo la vida de personas por encima de una catedral por mucho valor que tenga. El valor de la vida humana está por encima de cualquier obra de arte, porque cada ser humano es una auténtica obra de arte.

Rebâtir Notre Dame a du sens seulement si on est capables de donner la priorité à la douleur et la souffrance de personnes innocentes.