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Bretagne | 2016 |
Pido mil disculpas a los que me pedís que no deje de escribir. Han sido meses duros : mucho trabajo, mucha demanda familiar, muchos cursos y clases y alguna gripe que me rebajado las fuerzas. Pero en estos meses la vida me ha presentado tantas cosas que mi mente ha estado muy activa y mi vida muy repleta y densa.
El otro día me encontré con un compañero en los pasillos de la universidad y al darle un beso de saludo le pregunté ¿Que tal estás? a lo que me respondió: bien, pero no tan feliz como tú. Yo sonreí y le contesté: Carlos, que yo también tengo problemas y a veces muy gordos. Y me dijo algo que me hizo pensar en la imagen que los demás puedan tener de mi: ya, pero tu fondo existencial es muy pleno,
No sé la imagen que doy pero sí puedo decir que el sufrimiento también llamó a mi puerta y entró y rompió mi alma. Y sí, el alma duele y mucho. Y un día me propuse que nada arrebataría la esencia de mi ser, lo mejor de mí misma. No fue el mal de amores lo que me hizo sufrir, pero sí el amor. Todo el que ama sufre pero cierto que si no amas no vives. Y vas aprendiendo a amar de forma más auténtica, dejando atrás los apegos.
El tema de hoy trata de cuando uno se enamora y no es correspondido, o cuando te enamoras de alguien que no puede amar y tú te empeñas en tirar de un carro que no quiere o no puede andar. O cuando la persona de la que estás enamorada te traiciona con infidelidad o, simplemente, deja de amarte y prefiere irse con alguien y que no entiendes lo que ve en esa persona que no tengas tú. Y sí, no entra en la mente que alguien que tú amas no te ame. Esto es el llamado, coloquialmente: el mal de amores.
Y el mal de amores es uno de los peores males. Duele mucho. A veces, duele demasiado. Ríos de tinta se ha escrito sobre ello. El misterio del amor. Jamás podremos llegar a responder a este misterio.
Pero sí podemos ser conscientes de algunas cosas:
- Que es necesario diferenciar bien si realmente amamos o necesitamos al otro. Necesitar es una cosa muy distinta a amar.
- No conviene fijarse a nada ni a nadie. Amar es dejar partir, amar es libertad no posesión ni control.
- Mantener la propia autoestima, estar reconciliado consigo mismo, vivir en la paz interior que nace de la libertad son premisas necesarias para integrar el desamor.
- Abrirse a la vida que cada uno hace y a la vida que nos hace es un bálsamo para el corazón, es apertura, enriquecimiento, realización, sentido. Abrirse es siempre posibilidad.
- Comprender que tan importante como ser amado es amar nos abre expectativas de vida. Puede que alguien no me quiera pero yo puedo seguir amando. Es importante amar sin expectativas. Creo que el verdadero amor es así: elimina las expectativas. Ama y punto.
- Cuando se da el desamor conviene no caer en la trampa del sentimiento de fracaso. Nadie fracasa. El fracaso no existe. Cuando se da este sentimiento es porque tiene mucha presencia nuestro yo, el ego. Personificamos el desamor. Y se trata de aceptar y asumir la situación, por doloroso que sea y no de pasarse factura. Las cosas pasan y unas veces salen y otras no. Unas veces por error personal y otras por error del otro y otras porque simplemente acontecen. Sacar el yo y poner distancia emocional ayuda a no distorsionar la realidad y aceptarla. La aceptación y la comprensión son dos grandes milagros.
- De todo dolor y sufrimiento se puede sacar provecho. A veces tenemos que crecer, madurar y aprender a base de experiencias dolorosas. Si las sabemos aprovechar bien, nos enriqueceremos y obtendremos sabiduría de vida. Toda piedra en el camino nos reta a la superación. Y como consecuencia el crecimiento.