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Biarritz | 2016 |
Un terapeuta está en contacto constante y directo con la experiencia traumática. Y que duda cabe que toda experiencia traumática impide la felicidad. Así que en toda terapia se lucha por salir de aquello que impide que la persona obtenga niveles de satisfacción personal con la vida. Y lo que es más: una percepción de la vida en sí misma positiva, que merece la pena vivir y con la convicción de que la vida está hecha para ser vivida en plenitud.
Ahora bien, en Estados Unidos (a modo de ejemplo) se acude al terapeuta no sólo porque se sea infeliz sino porque se quieren obtener mayores niveles de satisfacción y gratificación de la vida y con la vida. Se identifica gratificación con felicidad. Considero que esta percepción es errónea. Entre otras cosas porque simplifica mucho todo lo que implica "ser y existir".
La felicidad tiene por tanto implicaciones que van más allá de la mera gratificación. La felicidad implica dolor, frustración, desgarro afectivo, trauma, llanto, limitación, enfermedad, impotencia, soledad no elegida, rechazo o marginación; esto es: bajar al infierno y subir de él, tocar el cielo y quedarse en éxtasis por lo visto y experimentado. En definitiva, implica momentos sublimes y momentos horrorosos. Reír y llorar, gozar y sufrir, gratificarse y carecer, tenerlo todo y perderlo, volver a empezar, implica amar y desvivirse, darse y negarse, perder y ganar. La felicidad implica libertad de ser, implica eliminar el deseo y obtenerlo todo porque, precisamente, no se ha deseado. Implica aceptar la desnudez de la realidad que nos muestra la cara más fea, aburrida y simple, que no siempre ofrece muchas posibilidades pero que nos reta a sacar la parte más creativa y luchadora de nosotros mismos. Implica saber poner "la copita de poesía a la vida", implica luchar y ponerse en movimiento, nos pide vivir y convivir. La vida siempre empuja hacia arriba. Implica esperar contra toda esperanza (trans-esperanza). Y sobre todo la felicidad implica quietud, silencio, ...paz.
Y, para ello, es muy importante reconciliarse con uno mismo, con la vida y con todo el cosmos. Vivir reconciliado con todo.
LA FELICIDAD ANTE TODO ES PERDON