domingo, 3 de abril de 2016

La sinrazón del sufrimiento

Etxalar, Navarra | 2016
Que el sufrimiento es un mal no hay duda alguna. De ahí el esfuerzo humano por evitarlo. Ahora bien, como he mencionado en entradas anteriores, existen sufrimientos inútiles y sufrimientos útiles. Los sufrimientos inútiles son aquellos que no tienen razón de ser, los que no se pueden utilizar para algo positivo (si no podemos evitar que haya sufrimiento al menos saquémoles partido, dando un sentido al mismo y, si no hay posibilidad de encontrar un sentido, huir de ellos como del mismisimo diablo).

Es a este tipo de sufrimientos inútiles a los que me refiero con la expresión de "la sinrazón del sufrimiento".

No podemos evitar el dolor, ni la enfermedad, ni la muerte, ni el desgarro del alma, ni la traición, ni el desengaño, ni la frustración, ni la debilidad, ni la decadencia, ni el fracaso, ni el desamor. Todo ello pertenece a la condicion humana y a su limitación. Pero sí podemos evitar la sinrazón de otro tipo de sufrimientos, como es el provocado por las guerras, el fanatismo, ..., de todo aquello que acabe en "ismo".

Los últimos atentados en París y Bruselas, en Bagdag y Pakistán - por ejemplo - son el mayor de los sinsentidos del sufrimiento, la sinrazón del mismo. ¿Cómo se puede encontrar un sentido a semejante drama, a tanta víctima inocente?.

Dificil solución. Muy dificil lo tienen las victimas y sus familiares y allegados. ¿Cómo hacer para que el odio no se afinque en su alma aumentando su dolor y el sufrimiento. Y, ¿cómo hacer para que la rabia, el odio, el asco, ..., no se afinquen en todos nuestros corazones?.

Sí, soy terapeuta del dolor y el sufrimiento pero hay situaciones antes las cuales no puedo responder mas que con el silencio doloroso, empático, amoroso, sereno, esperanzador y sólo puedo mirar a los ojos del sufriente y decirle: no estás sólo en tu dolor, ..., mejor dicho en tu sufrimiento.

No podemos, no debemos desesperar ante la sinrazón del sufrimiento. Tampoco lo podemos entender porque no hay forma de entenderlo, ni mucho menos lo podemos justificar. Pero sí podemos caminar con mirada al frente, bien alta, con la fuerza interior del que no tira la toalla y se autoafirma en que la sinrazón no puede dirigir este mundo. Caminemos juntos con mirada al frente, sin miedo y autoafirmación.