miércoles, 15 de enero de 2014

El Milagro de la Palabra

Graffiti / Gijón, 2013
De todos es sabido que la palabra es el medio más rico de la comunicación. Si, también está la comunicación no verbal, tan importante como la verbal y que la complementa. Ahora bien, la palabra encierra un concepto, un sentimiento, una vivencia, una experiencia, una idea,...; aunque nunca es capáz de expresar todo lo que se quiere y desea comunicar, lo que se vive. Por eso es tan necesario pensarla bien, encontrar la adecuada, la que responda lo más exactamente a lo que se desea expresar o cumunicar.

En este sentido "La Palabra", siempre se queda corta.

Cuando comenzé a ejercer como terapeuta clínico,  con todo el énfasis de la joven que desea hallar el porqué de la conducta humana y así acceder a la comprensión del alma o psique, lo hice con toda la ortodoxia posible. Pegada al método y técnica para no cometer error alguno. Pronto descubrí que mucho más importante que llevar a rajatabla el método era lograr dar con esa palabra: la exacta, la correcta. Aquella que hiciera que el paciente dijera: "Eureka", lo ví, lo hallé, caí en la cuenta, desperté a la consciencia.

Esto es lo que entiendo como El Milagro de la Palabra. Porque la palabra y todo ese intercambio que se obtiene con ella, aproxima a los interlocutores en dimensiones más profundas hasta hallar el centro y punto alfa del proceso terapeútico.

A otros niveles, no por ello menos significativos, experimentamos que muchas veces esa palabra oportuna y necesaria ha salvado importantes situaciones de nuestra vida. Es el caso de ese: hola ¿que tal estás? ¿qué alegría me has dado al verte?, tranquila, o todo se arreglará.  Esa palabra amable, consoladora, tranquilizadora, exigente también, afirmativa, confrontadora, ....

Ahora bien para que la palabra tenga efectos positivos ha de ir cargada de verdad, de componente afectivo, de autenticidad emocional. Por lo que hemos de invitar a todos aquellos que tienen dificultad de expresarse a traves de la palabra a que hagan esfuerzo por experimentar el poder sanador de la misma. Que no tengan miedo a la palabra, ya que la palabra no te desnuda por dentro (esta sensación la tienen muchas personas, miedo a mostrarse, a ser vistos). Al contrario, lo que verdaderamente te desnuda interiormente es la incomunicación, el retraimiento, el silencio negativo que aisla. A través de la palabra fluimos, nos abrimos y el alma se expansiona.

Por ello, cuidemos la palabra y cultivemosla porque una palabra que yo aquí señalo como sanadora y milagrosa también se puede convertir en tortura, dolor y alienación. Conviene usar la palabra, pero usándola bien. Tengamos muy presente que toda palabra tiene su contrario. No existe una sola palabra que no tenga su contrario: Felicidad Vs. Infelicidad, Amor Vs. Odio, Bien Vs. Mal, ...

No obstante, ánimo mis queridos lectores!. Experimentad el milagro de la palabra.