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Sin embargo todo este tiempo vivido de experiencias densas e intensas han contribuido a que quiera empezar el curso hablando de la "elaboración de la frustración".
Estoy plenamente convencida de que estamos hechos para la vida y que la vida empuja para ser vivida y vivida en plenitud. Pero lo paradójico de la vida es cómo nos pone en el camino situaciones, circunstancias, acontecimientos que no deseamos o que no esperamos y que de alguna manera se convierten en amenazas a esa vida que quiere ser vivida.
¿Quién desea una ruptura de pareja o desamor? ¿quién desea estar en el paro? ¿A quién le da igual estar enfermo o sano? ¿Quién no desea el bienestar para los suyos? ¿Qué padre o madre no sufre cuando un hijo "se tuerce" o simplemente no le salen las cosas? ¿a quién no le afecta el rechazo afectivo, la marginación o la desaprobación?. Existen y nos acontecen situaciones no deseables pero que no se pueden evitar. Es por lo que se hace necesario aprender desde temprana edad a elaborar bien la frustración y como consecuencia el desengaño o la decepción.
Me duele mucho cuando la persona es capaz de perder el sentido de la vida y deja de soñar y creer porque no pudo elaborar la frustración. A menudo me encuentro con personas cargadas de hiper-realismo que creen estar de vuelta de todo pero con un fondo de amargura y tristeza que les impide ser feliz y seguir creyendo en la vida y en el hombre y, por lo tanto, en el amor.
La frustración está ahí, sí, es verdad y duele pero no hay que temerla, no es ninguna amenaza. El ser humano tiene muchos recursos para integrar, luchar, superar, afrontar sin dejar que el mal afecte a su esencia personal, sin que le robe lo mejor de sí mismo: su alegría, su motivación, su sueño y su esperanza..
A través de la frustración aprendemos a conocernos más, a descubrir nuestros recursos, a valorar y reafirmarnos en lo verdaderamente esencial e importante. Cuando asumimos la frustración nos hacemos más fuertes y profundos e incluso diría yo: más sabios. La elaboración de la frustración es fundamental para vivir serenos, libres, sin ataduras, sin miedos, fuertes e ilusionados..
Hay una fórmula que para mí es mágica cuando aparece lo no deseado y lo que de verdad duele. Me digo a mí misma: bueno, una frustración más, no pasa nada. Y mirar hacia adelante con deseo y verdad. Pronto desaparece el malestar de lo acontecido como negativo.
Vivir merece la pena. Pero no de cualquier manera.. El mal no se adueña de ti si no lo consientes.
Nunca permitas que la frustración:
- Te hunda en la tristeza
- Te haga dudar de ti, la duda psicológica te hace débil
- Te quite el deseo de vida
Aprende a no meter el yo en la frustración. Vívela como algo que forma parte de la vida y de lo que puedes aprender. Si metes el yo te sentirás hundido afectivamente y la duda aprovechará a entrar en tu mente atormentándote y confundiéndote. Sal de esa dinámica, huye de ella como del mismísimo diablo. Es enfermiza. Y, a cambio, llénate de todo aquello que te de vida, lo sano, lo bueno, lo positivo, lo bello, lo auténtico. Nunca dejes de creer y soñar por favor.
Un beso a todos y gracias de nuevo.
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