viernes, 24 de mayo de 2013

Un día descubrí...(II)

Bariloche, 2006
Procedo de un ambiente familiar muy humilde, muy obrero. En casa "no faltaba". Aunque no había abundancia, teníamos las necesidades básicas cubiertas y todo se iba desarrollando con esfuerzo, renuncia y superación. Pero aunque materialmente estuviéramos escasos, afectivamente estábamos muy cubiertos.

Soy la pequeña de tres, la única niña. Mi madre ha tenído siempre lo que yo califico de: "sabiduría del pobre". En el ambiente familiar me he sentido como la "princesa de los cuentos de hadas". Para mis hermanos yo era su princesa, su nena... su Amor . Eso es lo que he mamado: mucho amor.

Esto me ayudó a descubrir que la vida está hecha para ser vivida. Y, vivida en plenitud. Somos responsables y primeros agentes en desarrollar esta tarea. Descubrí, entonces, que no es sano renunciar a nuestra raíz. Por buena o mala que sea es "nuestra". Tener sentido de pertenencia evita que vivamos errantes y bohemios.

Que el éxito de ser y existir consiste en no dejar que la frustracción o el desgarro afectivo nos robe nuestra esencia, nuestra alegría, nuestro deseo de ser y vivir. El realismo de la vida no consiste en estar de vuelta de todo sino en afirmarnos como personas.

Descubrí que la generosidad siempre tiene "premio".

Que tenemos que vivir todos. Y cuando digo todos, somos todos. El derecho a la vida... ¿por qué nos lo saltamos tan "a la torera"?, ¿quién dice que para que unos coman otros tienen que pasar hambre?. Eso es un interés muy enfermizo, muy egocéntrico y muy alienante. Sin embargo, más de uno lo consiente y lo defiende. 

Confirmé que los grandes cambios en la historia de la humanidad siempre los han realizaron personas nobles, buenas. De gran capacidad de amar. ¿Eran inteligentes?. Seguramente sí, pero pusieron la inteligencia a disposición del corazón. Recordemos que las bombas no las hacen precisamente personas con bajo coeficiente intelectual. Pero sí con baja, muy baja capacidad de amar. Mejor dicho ninguna.

Que la esperanza nos pertenece. Es algo intrínsico a la persona. Y que esperar contra toda esperanza saca lo mejor de nosotros mismos. Nos pone en contacto con aspectos o dimensiones que jamás creímos tener. Porque si algo es  la esperanza es "ese sueño que no despierta".

Y descubrí... que es mejor amar que ser amado, que la verdad está ahí y que nuestra misión es aproximarnos a ella. Porque estar cerca de ella salva. Que lo malo no es caer, sino creer que no se puede levantar. Aprender a hacer, de la caída vuelo, es importante. Que en la vida hay que tocar fondo porque así despertamos a  lo que realmente tiene sentido. Porque vivir sin sentido es no vivir.



domingo, 5 de mayo de 2013

Un día descubrí...

Ambasaguas / primavera del 2011
Es una realidad que desde muy temprana edad empecé a detectar aspectos de la vida y de todo lo que compone la existencia humana que han marcado mi propia vida y la han configurado de una manera particular. Cuando había funerales, me gustaba ir pronto para observar a la gente y ver a los familiares en su dolor y manifestación del mismo. Hablo de cuando tenía 15 años. Ya entonces comprendí que muchas veces aquellas manifestaciones de dolor eran mentira, y algunas estaban cargadas de culpabilidades que podían haberse evitado. Ya entonces comprendí que había que intentar vivir de otra manera, que el ser humano desperdiciaba mucha vida y después, cuando ya no había remedio, las personas se lamentaban y lloraban sintiéndose culpables de lo que podían haber hecho y no hicieron, de lo que pudieron haber amado y no amaron.

Este es un pequeño ejemplo real de cómo ha sido el curso de mi vida. Inquieta por el saber y el conocimiento, activa, reflexiva e introspectiva. Curiosa intelectualmente. Pocos grupos sociales me quedan por conocer. Creo que me he aproximado a todos o casi todos. No me ha bastado con leer y estudiar - algo que me ha gustado mucho -, he necesitado bajar a la experiencia, a lo concreto. Si quería saber sobre una cultura o grupo social no me bastaba con con leer sobre ello. Tenía que vivir la experiencia.

Es así como he ido llegando a los siguientes descubrimientos (un día descubrí...):

Que ese proceso maravilloso por el cual llegamos a ser individuos, todo lo que supone la individuación es algo apasionante porque se trata de llegar a ser persona a través de todo un mundo de relaciones que a su vez se traducen en experiencia propia. Por eso la historia personal es muy importante. No hay que borrar el pasado. El pasado es historia propia. Se trata más bien de integrar el pasado para poder fluir al presente y proyectar futuro. Mirar al pasado conscientes de que es vida propia, es conveniente y sanador.

Que es difícil aprender amar si no se ha tenido una experiencia gratuita e incondicionada de amor.

Que la verdadera autoestima no reside en nuestras aptitudes. Las aptitudes son componentes que caracterizan aspectos de la personalidad. Pero la persona es mucho más que un conjunto de cualidades o capacidades.

Que vivir es más sencillo de lo que creemos. Es la mente y las trampas de la misma lo que hace complicada la vida. La vida tiene sus más y sus menos, pero todo es más sencillo de lo que creemos o nos parece.

Que la mayoría de eso que llamamos trastorno psíquico está originado por el dolor afectivo. El mundo afectivo junto a la inteligencia es lo que más define al hombre.

Que el equilibrio personal nace de la congruencia entre pensamiento, sentimiento y acto. Es decir, de la unidad de las tres.

Que lo sexual tiene su lugar e importancia, pero no es el absoluto. Es más importante para la vida de la persona saber que ama y es amado que un coito, un orgasmo.

Que la persona que siente vergüenza de sí mismo nunca podrá hablar de la "gloria de Dios".

Que la aceptación y la comprensión son elementos imprescindibles para el equilibrio y la felicidad.

Y un día descubrí:

Que el peor de los ateísmos no es el religioso, sino el existencial. El ateísmo del que desespera en  lo más inmediato a sí mismo, del que sospecha de lo que siente, del que no sabe hacia donde dirigir su vida después de haber creído estar en posesión de todo, del que alimentó su espíritu en el mero éxito y en las compensaciones de su cuerpo joven y sano, del que construyó su vida sobre los fundamentos de su inteligencia y su valía, fuera del agradecimiento y humildad, del que bebe en la vida sin saber que el agua cae del cielo, del que disfruta inconsciente de que su disfrute es universalizable, del que ha configurado su vida desde la habladuría sin haberse encontrado con las cosas de las que hablaba, del que nunca fue dueño de sí,... ni supo que era alguien. Si, definitivamente lo mio es la persona, la psicología que me permite acceder a la humanidad de mujeres y hombres. La psicología me ayuda a entrar en algo que me sobrecoge, en la vida que se escapa a todo marco y que renace más allá de toda enfermedad.